Me persigue el celador
de todos los celados:
su voz corre tras mi sombra y
paso la puerta.
Me huele.
Vuelvo y no está.
Abro a Gautier
por la espina del lomo.
Al dar la vuelta
no puede encontrar
ni la huella
de mi sombra.
Texto agregado el 01-02-2007, y leído por 126
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