Junté los pedazos de un corazón
en un esfuerzo inhumanamente antiguo
lo sostuve entre mis manos
y la sangre
dibujó tus ojos en mis dedos
gastados de traspasar paredes.
Entonces
dibujé una caja con flores naturales
intentando aliviar su agonía;
sangraba tanto...
Lo cubrí con un pañuelo de seda
y cerré la tapa.
Texto agregado el 15-02-2004, y leído por 280
visitantes. (6 votos)
Con que ternura cuidaste de ese corazón herido. Hermosas palabras. Mandragoras
29-02-2004
Genial, adoro un poema que se desenvuelve con sencilles en las palabras, pero que guarda ese hermetismo que lo vuelve mudo a la evidencia. Muy bueno altazor