Si el ser masculino fuera un planeta, su pene sería el Sol, pensaran que exagero, pero haciendo un rápido repaso a la vida de un hombre verán que no es una idea tan descabellada. Comencemos por el nacimiento, desde nuestros primeros días de vida ya nos inculcan el amor por nuestro viril miembro, se acercan a nosotros y destapando el pañal dicen : “Vaya machote, que dos pelotas más bien puestas “ o “ este niño va a tener a las mujeres besándoles los pies, pero habéis visto que pedazo de verga tiene”. Además en vez de llamarnos por nuestro nombre lo hacen por un sinónimo de pene, tal como “ churrita”. Muchas veces no paran de tocarla hasta que se pone algo más grande y entonces afirman : “ Mira, con lo pequeño que es y ya se empalma “.
Entre los cinco y los doce años se produce una etapa de tranquilidad, no se habla tanto de nuestro querido miembro pero si empiezan las primeras competencias, los niños sacamos nuestras mingas y peleamos por ver quién es el que orina más lejos o quién es capaz de hacer el dibujo más bonito con el chorrito del pipí.
El monopolio del pene en la mente del varón empieza a partir de los doce años, una etapa en la que a los chicos las manos le huelen siempre churrita, todo el santo día tocándonos el miembro. En esta edad los concursos cambian, por ejemplo, se pelea por ver quién tiene más vello púbico o el que la tiene más grande ( lo del tamaño no nos abandonará hasta el final de nuestros días como podrán comprobar más adelante ) .
A partir de los catorce años entramos en la edad de tener todo el día la mano en el paquete, como si se nos fuera a caer, también los chavales luchan por ser el más mamporrero del grupo, es decir, el que más se masturba. Recuerdo a un amigo mío que llegó a la nada despreciable cifra de siete pajas en un día, digno de un record guinnes.
Con la edad adulta el pene pasa a ser el protagonista de las mayores mentiras que pueda contar un hombre, son usuales frases como : “ Ayer eché dos polvos sin sacarla y porque ella no quiso, que si no le echo otro “, lo peor es que ni se sonroja al decirlo y tras esta frase un amigo va y cuenta una mentira aún más gorda : “ Pues ayer, me lleve toda la noche con la polla tiesa y dejé a mi novia reventada de cansancio “, todo ello pasa a ser como una bola de nieve que crece y crece, la reunión de amigos pasa a ser reunión de pinochos.
Fíjense que infantiles pueden llegar a ser los hombres que tras escuchar en la televisión que el tamaño medio del pene en su país es de 15 cm, corren a medírsela lo antes posible con la cinta métrica de la costura de su mujer y al ver que la suya mide 16 cm se creen los reyes del mundo.
Por último quiero decirles, estimados lectores, que el hombre roza claramente el absurdo, pues poseyendo dos cabezas, piensa constantemente con la que no tiene cerebro y cuando piensa con la que tiene cerebro es para estimular la cabeza sin cerebro, en fin, somos hombres, porque si no lo fuéramos seríamos mujeres y esa sería otra columna.
Luis Barrasa ( Barrasus ), Sevilla febrero de 2004
GLOSARIO:
-Minga : en lenguaje coloquial se utiliza como sinónimo de pene.
-Verga: en lenguaje coloquial es un pene de considerable tamaño.
-Mamporrero: Es la persona que ayuda al caballo en la montada a la yegua, coloquialmente se utiliza como término para designar a alguien que se masturba o masturba a otra persona.
-Churrita: Disminutivo de churra, que significa pene, en Andalucía ( al menos en Sevilla) churrita es un término cariñoso, en el caso de que fuera niña se le diría “ chochete”.
- Paja : Sinónimo de masturbación.
Polla : Se utiliza en lenguaje coloquial como sinónimo de pene pero tiene una connotación más vulgar que minga o verga, aunque si bien es verdad , el término polla es el más utilizado.
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