Últimamente no soy el mismo…
Últimamente una sombra ha cubierto mi mente, mi vida y mi razón.
Y es que no pude evitar ver a tus ojos. El simple hecho de acercarme me produce dolor. Ese dolor que todos hemos sentido, al abandonar el vientre de nuestra madre, al dormir solos por primera vez, a dejar a un ser amado,
Soledad, la has sentido, pero a diferencia de ti, yo la vivo. Y no es que no haya nadie a mi lado, pero es su cercanía, su calor, lo que cala en lo profundo de mi alma.
Pero tus ojos, tu voz, es lo que me hace desear morir por un instante, dormir profundamente, ahí donde ni siquiera lo sueños me pueden alcanzar.
“Amigos” te escuché nombrar, mientras tus tiernos labios hacían mis sentidos desearte aun mas. “Soledad” respondió mi alma al recordar que esto no puede durar.
¿Tiene idea de lo difícil que esto es para mí?
Tiernamente separas tu cuerpo del mío, al momento que mi mano lucha por tomar la tuya, por aferrarse a ese último sentir de tu piel.
Una palabra en la punta de mi legua, inerte ante tu mirada, suspendida por el instante en el que tus ojos acariciaron por última vez los míos.
Tu muñeca, tu palma y por ultima vez tus dedos en los míos. Te has ido, y sin mirar atrás, como ha debido de ser. Tu ser me acompañará por siempre, ya que tu eres mi soledad.
Por eso, escribo esto para ti, como si fuesen pinceladas en un lienzo en blanco, por que estar a tu lado es vivir la soledad, y se que no lo comprenderás hasta el momento en que mi presencia sea para ti lo mismo que la soledad para mi.
--- Tristemente, he de dedicar.
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