No tengo inspiración y aún así ganas de escribir algo, tal vez es el hecho de haber visto a un antiguo amigo nuevamente y encontrar en él todo lo que me agrada físicamente de un hombre, hasta pienso que podría ser mi pareja, pero ese pensamiento es demasiado vago para considerarlo importante, ya que lo que mis ojos aprecian no es sino una cáscara que bien se pudrirá con el tiempo, se arrugará y oxidará.

Ahora recuerdo que tengo que preparar un té verde, de esos que bajan de peso, y beber al menos 4 tazas porque me da miedo subir de peso, en ese sentido soy bastante normal y estos pensamientos sin inspiración bien podrán ser un espejo de lo que piensa alguien que no es normal.

¿Por qué? Porque me gusta el pan con aceite de oliva, el chocolate amargo en pastillas, tengo mi chasquilla o flequillo, como le dicen es españa, morado y ya muy poco pelo, cortecía de una torpe peluquera.

No soy normal, y me encanta esa idea, la acaricio cuando bien puedo o me acuerdo y no me cambiaría en ese sentido, ni menos aún cambiaría mi cuidado por cada palabra que escribo, mi ortografía aveces da que envidiar en comparación al promedio en mi edad y es que aveces me horroriza encontrar a las pobres "eses" confundidas por las "ces".

Yo también escribo mucho, pero explico poco ya que no me detengo otro poco...

Eso ni yo lo entendía, así que no esperes apreciar su significado.

¿Qué más puedo decir de mí? Soy manipulable con chantaje emocional, soy muy sensible, como toda una artista quisiera ser, pero no me emociono fácilmente con los asuntos comunes.

Conozco mucha gente y en mi mente juegan muchas historias a entrelazarse, cuando era más chica jugaba a inventar una historia mentalmente antes de dormir y su final era parte de mi sueño, donde podía controlarlo menos y sorprenderme más.

Quizás escriba pronto algo productivo, ya que , en apariencia , ésto no lo fue.

Pero si nos dedicáramos a escribir un poco más sin inspiración verdadera tal vez nos conoceríamos otro poco.