“Nuestra vida es un rincón fugitivo cuyo propósito es que la muerte exista, somos el pretexto para la vida de la muerte, la muerte le de presencia a todo lo que habíamos olvidado de la vida.” P.I.T. II

SUMMERTIME

Nada, nada existía ahora en su cabeza , nada excepto la aguardentosa voz de Janis Joplin cantando esa “astuta” cancioncilla “summertime”; La escucha como si la hubiera escuchado toda su vida, eso y nada más. Su mente divaga al respecto de la razón de que reconociese esa melodía, tenia la conciencia suficiente para poder asegurar que contaba con diecinueve años, pero no podía identificar a lo largo y ancho de su cerebro otra cosa que no fuera esa cancioncilla, como si hubiese verdaderamente nacido ayer.

El miedo que atravesó todo su ser la paralizo de tal modo que durante al menos cinco minutos no abrió los ojos, ni movió un solo músculo, incluso los primeros segundos no respiró, pero una vez mas sucumbió al destino. La tenue luz penetró en sus ojos, las imágenes de los objetos se fueron materializando y todo resultaba nuevo, el azulado tono de la habitación, las rosadas, pálidas y delgadas sabanas que la cubrían, la cama misma, la bata de hospital en un curioso tono morado, prenda única que cubría su cuerpo, incluso su cuerpo mismo, que recorrió una vez mas con sus manos teniendo en la cara esa curiosa-infantil mirada al descubrir sus pechos y su sexo. Nuevo, todo nuevo para ella.

El tintineo de las tasas, el sonido de los zapatos al andar, el chirriar de la puerta, incremento de la conocida música, el rostro del hombre joven que lleva la charola entre las manos, el olor del café, el sabor, la temperatura...

...todo, absolutamente todo era para ella sólo algo más que sumar a su lista de recuerdos. Nuevo, hasta el nombre que más bien leyó en sus labios antes de escuchar de él “Anna”. Supuso entonces que Anna era ella.

Helminto Gris