No recuerdo.
Mi hijo está ahí diciéndome que me lo acaba de decir y no me acuerdo. No tiene importancia.
¿Hoy juega el Madrid? Sí, claro que lo veré.
¡¡Pequeñaaaaaa!!
Son las….bueno la hora. Que es la hora.
Si os picais en frente… Puchas, peis, …Poneis…eso…jajajajaja Si es que no….no me viene…eso: la palabra.
¿Deprisa? ¡Noooooooo! No como deprisa
¡Hola, hola!
¿Sabes cómo se llama este?
Pueeeees….Pueeeeeees… Lo tengo ahí… - Se señala la punta de la lengua mientras apunta una sonrisa infantil de no saber responder al profesor: su mujer.
Juan, se llama Juan.
Psssssssssss claro, Juan.
No te preocupes, papi, si te ayudo a mear es para que no lo hagas por fuera del inodoro, que luego mami ha de venir a limpiarlo. No voy a ver otra cosa que lo que me he visto yo toda la vida.
Sí, te lo aprieto más ¿Cómo te gusta llevar el cinturón tan apretado?
Le compro el periódico para que se distraiga y no olvide leer. Eso le hace bien.
Sí, salimos a pasear por el parque, pero no habla.
Cuando le llamas por teléfono dice más cosas que durante todo el día conmigo.
Pero el reloj no se le olvida. Cuando es hora de comer o cenar… ¡¡¡Pequeñaaaaaaa!!!
Y me señala el reloj con el dedo.
Dice frases sueltas cuando menos lo esperas y lo que mejor le sale es decir: ¡hostia!, ¡hay que joderse!, ¡jodeeeeeeer! … palabras hechas que se le han quedado fijas y las dice sin pensar.
Hoy se puso los pantalones encima del pijama sin darse cuenta.
Conmigo tiene a veces muy mal genio. No puedo decirle nada que le contraríe porque me lanza una mirada ¿sabes? como si me fundiera con ella, porque no sabe cómo contestarme y se irrita más.
No anda, no quiere andar y si le levantamos de la cama para sentarlo en la silla de ruedas, se echa hacia atrás porque tiene miedo de caerse.
Entiende lo que decimos, aunque sólo a veces.
Entre dos ya no podemos ducharlo porque tiene miedo a estar de pie, así que le tengo que lavar acostado en la cama y necesito ayuda para moverlo.
No, ya no tiene vergüenza de que le vean desnudo. Se ríe cuando se le escapa un pedo delante de dos o tres personas al cambiarlo.
Pero mira que limpio lo tengo, y sin ninguna llaga.
Lavarlo sólo lo lavo yo y tu hermana, pero tengo los brazos…..Porque hay que darle la vuelta para dejarlo bien limpio.
Mamá, tienes ochenta y cinco años, ¿cómo no te van a doler los brazos si toda la vida has estado trabajando con ellos?
Me cierra la boca para comer. Me mira y aprieta los labios, sólo quiere yogur. No, ya no mira el reloj para pedirme la comida.
Podrías afeitarlo esta mañana que no trabajas.
Te voy a dejar hecho un dandy, con la cara como el culito de un bebé.
Mamá, gira la boca para que le rasure mejor en las comisuras. Lo hace recordando cuando se afeitaba con navaja, hace siglos, cuando era joven.
Me mira y parece que sonríe.
El cuello es lo más delicado. Así, despacio. Muy bien. Estira hacia arriba la barbilla.
Ya no quiere ni la leche. Se le va por el otro lado y ya ves la tos que le ha dado.
Tiene la respiración muy agitada.
Sí, estaremos de guardia durante la noche.
Voy a darle un vasico de leche templada. ¿Eso no le hará mal, verdad?
No. Debe tomar alimento. La noche la ha dormido bien, sin despertarse, aunque la respiración estaba más agitada de lo normal.
Venga, Antonio, bebe un poco.
Me cierra la boca.
Ya se ha vuelto a atragantar.
No tiene fuerzas para toser y respira con un fuerte ronquido.
No ha abierto los ojos desde ayer.
Papá, tranquilo, todo va a ir bien. Dame la mano.
Esto va a pasar y te vas a encontrar mejor.
No abre los ojos.
Respira ronco y demasiado deprisa.
Casi no le entra aire en los pulmones, él solo se ahoga con su propia lengua, no tiene fuerzas para mantenerla normal.
No pasa nada, papá, dentro de poco estarás mejor.
Papá…Papá…respira…respira…
Tranquilo, papá. Estamos contigo, te tengo la mano. Te sentirás mejor enseguida.
Ha dejado de respirar y abre los ojos para dirigirnos una última mirada a cada uno de los tres. En ella nos dice que está tranquilo y bien para que no suframos.
Ciérrale los párpados hijo. Ya ha descansado.
Después de mirarnos dulcemente inclinó la cabeza con la mirada perdida.
Ya no estaba allí.
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