Si te hablo de rosas
y de corazoncitos pintados
dirán que soy cursi,
sensiblero, pueril,
si te digo que me enciende
tu piel más oculta
dirán que soy un indecente,
si te digo que tu boca
despierta mi instinto
y tu cuerpo, me agrede
transformándome
en un ser demencial,
atenderán a lo que digo,
aguardarán a que un día
te degüelle o te corte
en vulgares pedacitos,
si amenazo en este momento
de terminar con todo
y apego a mi sien
el cañón de un calibre 38
y dejo mi número, el 7770002
para que me convenzan a que
no jale del maldito gatillo,
muchos llamarán para gritarme
¡Púdrete! ¡Hazlo ya!
¡Acaba de una vez, cobarde!
y entonces, en mi último momento,
sabré por fin, que mis lectores
eran lo que yo invocaba…