....esas imágenes eran horribles, indescriptibles a la mente humana, devoradores de hombres, seres asquerosos, ritos satánicos, ritos a Dioses paganos que ni siquiera puedo decir sus nombre, era una visión tan bizarra, tan extraña para la mente humana que estuve a punto de perder el juicio, en ese instante mi asistente me toma del brazo y me sube a la cama, la marca del hombre con el báculo se había quedado en mi mano para siempre, era una marca profunda producida por la quemadura que me ocasione al tocar ese artefacto.

Al día siguiente recibí una carta de Lord Simons y me invitaba a revisar unos escritos de ocultismo que eran de su colección privada, era sabido en el Cairo que mis investigaciones siempre terminaban por llegar a lo paranormal y lo fantástico y no a una explicación lógica y tradicional, por eso Lord Simons mostró mucho interés en que fuera a ver su colección. Ya pasadas las 17y 50 minutos me aproxime al la posada donde se hospedaba este señor, al saludarlo el mostró un interés inusitado en la herida provocada por la quemadura que sufrió mi mano izquierda, cada ves que íbamos a cambiar de tema o había un momento de silencio el sentía curiosidad de cómo me había hecho la herida, era tanto su interés por mi accidente (si se puede decir accidente) que termine contándole lo que paso, suponiendo de antemano que al ver que el tenia una colección tan grande de libros de lo paranormal mi relato de lo que había ocurrido no le debería de asombrar, pero para sorpresa mía su rostro cambio drásticamente, ahora la conversación se volcó al objeto o artefacto extraño que había comprado, surgieron preguntas como ¿de donde lo había conseguido? ¿ que mas podía decirle de los seres que vi en mi visión? etc. etc., a medida que le contaba lo sucedido y que respondía a sus preguntas, su rostro palidecía a cada momento, me agarro del brazo y me dijo “Has firmado tu muerte con sangre y sellaste el destino de los que te rodean a....

(continuara)