Sola entre nubes de mentira. ¿Qué te pasa? Y lo peor es que me duele. Y cómo me duele. Sólo miras con tus ojos de dulzura entre tu mente y mis delirios, tus sueños y mis suspiros; pero ya no sientes nada. Estás pero no estás, miras pero no observas, escuchas pero no oyes, te duele pero no sientes. Lo ves tan sencillo como si todas estas marcas en mi ser ya no te importaran más, como si tus pasos y los míos, tus sueños y los míos desaparecieron. Y soñar a realizar, y dejarlo en soñar- me siento cobarde. Pero ya no ESTAS AHÍ. Cogiste tus maletas un día de aquellos, un día en que terminó la agonía, pero ya estaba muerto el corazón. Cogiste tus maletas y te fuiste, y desapareciste. Y me quedé sin existir. ¿Sabías que la falta de un solo ser puede hacer que uno ya no exista para los demás? Al fin y al cabo, no tengo más motivos para seguir existiendo, para seguir luchando bajo el sol, luchando para lograr agarrar una estrella, aquella que sobrepasa sus miedos y sus dolores, sólo por mostrar una sonrisa. Pero aún así sé que me duele y sé también que soy parte del problema; no por recordártelo, no por discutir contigo bajo un sol de invierno, no por eso, sino por no estar contigo. Cojo mis maletas ahora y me voy a correr el riesgo de estar viva. Cojo mis maletas y soy yo la que me voy, porque tú te fuiste ya.