Ella, la razón de mi existir
lo que mi alma anhela
desde el día en que nuestras miradas se cruzaron.
El destino jugó con nosotros
nos unió, nos alejó...
y nuevamente la trajo a mí
sólo para perderla, una vez más.
En las noches, mi alma la busca
y el eco de su voz es como un susurro a mis oídos
me acostumbré a sostenerla entre mis brazos
y a besarla, con el ocaso a nuestras espaldas.
Ahora, no está conmigo
sino con alguien más
seguramente
porque mi amor no pudo detenerla
y la eternidad no me basta para olvidarla...
Texto agregado el 28-01-2007, y leído por 112
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Lectores Opinan
28-01-2007
El amor hay que disfrutarlo de la manera que llegue, cuando llegue, donde y con quien sea.***** monica-escritora-erotica
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