Cuando todo se termina...
cuando los brazos inútilmente se extienden hacia el cielo
y la lágrima decide morir entre la fría arena
las pupilas no ven ya la luz
Y las dudas acechan al corazón
mientras a paso lento, la sangre mana de la herida
las manos se vuelven como hielo, y la tristeza hace su entrada
entre las sábanas manchadas con matices de soledad
viendo a través de la ventana, como los árboles dejaban caer sus hojas
cómo éstas se negaban a abandonar su lecho incierto
Y las voces que se escuchan a lo lejos
elevan plegarias al cielo, teñido en escarlata
Ten piedad, ten piedad...
pues el alma se ha secado ya, y con ella la vida
entre sombras, entre macabras rosas negras
se apagó... se fué... se desvaneció cuando quise enjugar su llanto
Cuando el relampágo por un instante cruzó ese cielo lleno de ira
Vi su sonrisa... entre las tumbas silenciosas.