Ese día!!, maldito día que se me ocurrió emigrar a ese lejano lugar, juré, jure por mi madre que nunca hablaría de ciertas cosas, pero es que me supera, del fondo de mi ser surgen esas voces, aquellas voces del infierno, no se alejan de mi mente, NOOO! aléjense! déjenme en paz!, no entren!, no entren malditos!, déjenme !, yo no quería, yo no quería, suéltenme , suéltenme!! suelt aarrrg.....
Yo no quise que sucediera así, todo paso tan rápido que yoo... que yoooo, yooo, yo, no se nada, no me acuerdo de nada, que fue lo que sucedió en realidad que es lo que me causa tanto temor, desde ese día cuando me encontraba en una expedición en el Cairo, lo único que recuerdo que un anciano en una tienda de antigüedades me ofreció a precio de ganga un collar, su procedencia a plena vista de cualquier arqueólogo diría que viene desde la época de Ramses II en el antiguo Egipto, incluso me aventuraría a decir que era de antes que existieran los reyes egipcios, y que fue modificado por el Faraón en los tiempos de los reyes. Este artefacto en sus lados tenia tres figuras una con un hombre y su báculo, la segunda cara tenia una figura de un dragón alado y la tercera unos escritos antiguos que ni siquiera eran de origen egipcio, creo, que podría ser arameo, la primera lengua de la humanidad.
Al día siguiente cuando mi asistente se preparaba a partir, sentí un calor impresionante que emanaba desde ese objeto ni siquiera podía tomarlo con mis manos, aquel calor que desprendía era tan grande que ya empezaba a destruir la mesa que estaba en la tienda, algo me dijo en mi interior que debía tocarlo, que algo ocurriría si lo tocaba, con timidez y algo de miedo me acerque al artefacto, lo toque y unas imágenes que nunca olvidare surgieron en mi cabeza...........
(continuara) |