Al caminar por el parque esta mañana, este parque preciso lleno de árboles y espacio para el esparcimiento, trotar etc.
Miro ese árbol el cual quisiste darme una demostración atlética. Me sonrío y vivo ese momento por segunda vez…
Ese día nos encontramos en el parque para hablar…
Caminamos por un rato, hablamos de nuestras cosas…de repente viste esa estructura de hierro, simbolizando un piano.
Te sentaste y me dijiste: siéntate a mi lado amor que te tocare una canción. Comenzaste a jugar con el teclado como si de verdad sonara, y cantaste la canción de Ilan Chester, (mi amor es como las hojas que nunca tienen respuesta….) me dijiste: te la dedico mi amor…
Fue muy lindo escuchar tu preciosa voz de cantor para mi solita.
Seguimos caminando y hablando de nuestra niñez, como nos gustaba montarnos en los árboles, a mí me encantaba y me dijiste: yo me atrevo a montarme en ese árbol…
Me río, tú me miras y dices ¡creas que no me atrevo! Ya verás.
Te digo ese árbol es un palo encebado, cómo creas tú que podrás montarlo. Reflexionas… miras al otro que es más razonable y dices: en ese sí.
Te digo: no te vayas a caer. Me miras con cara de enfadado.
Suas te subes y llegas al tope, aplaudo y grito, bien, bien, mi amor lo logró.
Te sientes satisfecho y te ríes, alzas el brazo en son de victoria diciendo, lo logré, lo logre.
La sorpresa fue al bajar… quisiste demostrarme tus dotes atlético, saltaste; pero al hacerlo pierdes el equilibrio y plaz, te caíste de nalgas, quedando sentado. Jajajajaja la risa no la aguanté y aún te sientes molesto porque me reí…me dices que soy mala, porque me burlaba de ti. Es que fue tan gracioso, ya que me hiciste recordar las veces que me sucedió lo mismo, cuando entonces saltaba de los árboles…
Son tantos momentos felices a tu lado amor, que dondequiera que vaya, aunque no estés allí. Siempre está tu presencia.
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