Definición: Punto de inflexión o de equilibrio al que llega un cuerpo impulsado hacia arriba, contra la gravedad, antes de comenzar a caer, arrastrado por su propio peso.
Cuando llegaron al sitio del lanzamiento, la red ya estaba ubicada sobre la plataforma. Alrededor de ella se había dispuesto una superficie erizada de filosas puntas. Y más allá, las tribunas colmadas de un público que comenzó a gritar y a gesticular en cuanto los subieron a la red. Ésta se tensó súbitamente, y luego comenzó a vibrar, a sacudirse, para impulsarlos hacia arriba como si fueran pelotas de goma. Al cabo de tres o cuatro saltos, la mayoría de los condenados ya había caído mortalmente fuera de la red, que entonces se asemejó a la superficie de un mar embravecido, y los sobrevivientes se elevaron más con cada nuevo salto.
En una de las tantas caídas, comprobaste que estabas solo. Boca abajo en el aire, pudiste observar con horror el sangriento espectáculo que ofrecían los cadáveres perforados de tus compañeros, mientras el público deliraba de entusiasmo. Sus gritos te ensordecieron cuando arribaste a la red una vez más. Casi inmediatamente, una tremenda sacudida te impulsó hacia arriba. Llegaste al punto cero y permaneciste un brevísimo instante suspendido en el aire. Entonces, arqueaste el cuerpo con todas tus fuerzas, decidido a continuar el salto. Para no volver a la red, seguirías hasta tu propio punto cero.
Avanzabas como antes, pero a mayor velocidad, hacia un cielo oscuro que variaba su color como presagiando una horrible tormenta. Abriste los brazos y las piernas y te dejaste ir, quieto, paralizado por el espanto, mientras el aire que te sostenía aullaba en tus oídos. Hasta que una luz brillante te deslumbró, emitida por esa multitud de aceradas puntas que ya penetraban en tu cuerpo, rápidas y definitivas
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