Maldito teléfono de mierda, detesto su silencio implacable, su mudez indiferente, su insensible apatía. Por qué putas no llega el tan ansiado RING? ese agudo pitido que anhelo con mayúsculas para que se haga ensordecedor y me reviente los oídos sacudiéndome de este letargo en el que me ha sumido tu ausencia.
Conozco la respuesta pero me hago la loca, soy Jane y soy mas lista de lo que parezco, puedo patear el mañana y morir en el ahora, puedo escupir para arriba y esquivar el pegajoso proyectil, puedo mirar un teléfono y morir de ansiedad a sabiendas de que reinará el silencio.
Maldito Sergio de mierda, detesto tu frialdad incandescente, tu abyecta cobardía, tu incapacidad de meterte en una cabina telefónica de mierda para cantarme la verdad a distancia, para decirme que desde que empecé a ganar kilogramos comenzaste a despreciarme, para alejarte con un mínimo de decencia, para esfumarte con decoro.
Maldito Sergio de mierda, sabes bien que soy Jane y que soy mas lista de lo que parezco, sabes bien que aunque me trates como un trapo y no te deba nada podrás regresar mañana para encontrar mis piernas abiertas.
Un espejo de mierda dibuja cuadros de Botero cuando me atrevo a enfrentarlo, la perversa superficie vítrea se carcajea al contemplar tan dolorosas curvas, un execrable reflejo me destroza el ego y me escupe en el alma.
Soy Jane y aunque soy mas lista de lo que parezco no dejo de celebrar el ritual de lo habitual, no dejo de observar el teléfono mientras una maldita y salada lágrima desciende lentamente hasta mis obesos labios desafiando el dulce sabor del chocolate que se deshace en mi paladar.
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