Mis manos rotas, trizadas; Mis manos sudando tristeza Se descascaran De tanta ausencia De tanta nada; Poco fervor. Mis pecho está seco de tantas lágrimas guardadas. He regalado mucha alegría Y he recibido muy poca tristeza. Mucho retiro Escoge tu suicidio. La rutina acabará suicidándome Todo lo humano terminará apuñalándome. Estoy atada a las fauces de lo inoucuo.
Texto agregado el 27-01-2007, y leído por 191 visitantes. (4 votos)