Cae desde el cielo hacia el cielo
Y ha destronado a un rey en los caminos.
Ha llevado arrastradas por el bosque vertical
Las obligadas leyes de lo innecesario.
De las vueltas y de los giros negros
Ha aprendido que todo lo que cree ver,
Todo lo que podría asegurar que conoce,
Incluso localizándolo exactamente
En el otero que le muestra la distancia,
No es más que una sensación perecedera.
Y el rey destronado desde una silla de playa
De rayas a colores vivos
Espera el momento de ver el otero.
Que ocurrirá, tal vez.
Aguadulce, enero de 2007
José María de Benito
Texto agregado el 27-01-2007, y leído por 114
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