Desde USA con amor

Después de innumerables dificultades y penurias Marina logró reunir los pocos ahorros de que disponía. Luego, como las fichas no ajustaron, recurrió al préstamo y a la caridad de familiares y amigos. La abnegada mujer no cesó hasta completar el monto requerido para pagar el coyote y todo lo relacionado con el viaje de su marido a tierras del tío Sam.
Dos días atrás su madre le había dado la terrible noticia:
“Su Chepe se había amachinado con una peliteñida llegada recientemente de la costa norte. Que nadie la conocía y que a todas luces era una mujer de la calle, y que el único remedio para librarlo de las garras de aquella ramera, era que mandara a traer al desgraciado infiel. !Ha¡, y que desde ya le fuera consiguiendo alguna chamba por allá, para que al llegar no se las fuera a tirar de mantenido.

--Parece que la desgraciada lo tiene bien horchateado, --le dijo doña Carmen al final de la conversación telefónica --Ya ni a los cipotes viene a ver. Hay que hacer algo y pronto mija, esa magalla es capaz de dejarlo en la calle.

******

A regañadientes Chepe aceptó la propuesta de su suegra y después de consolar a su amada peliteñida con promesas, enchapes en oro y votos de amor eterno; emprendió el peligroso viaje a tierras del norte, al encuentro de su destino y de la madre de sus hijos.
Chepe tuvo suerte. El coyote no lo abandonó y al cabo de una semana de saltos y altos estratégicos, arribó sano y salvo al país del sueño americano.
Siguiendo al pie de la letra las instrucciones de su madre, Marina ya le había conseguido trabajo, lavando pisos a siete dólares la hora y en la misma compañía donde ella trabajaba. Asunto arreglado. “No le haría otra”.

*******
Al cabo de un año de arduo trabajo y después de innumerables dificultades y penurias, Chepe logró reunir los pocos ahorros de que disponía. Luego, haciendo acopio de la caridad de familiares y amigos, completó la cantidad requerida para pagar el coyote y todo lo relacionado con el viaje de su amada peliteñida a tierras del tío Sam.