Del mas tierno espectáculo asociado al vai-vén de tu cintura salen estas líneas, no sé si de tu boca estalló el rezo que me trajo hasta esta hoja, quizás ese sudor maldito que caminas y que huelo desde mi adolescencia mas bizarra.
Trato de desdoblarme para seguirte el rastro, pero te pierdes en el olor a gasolina de mis dedos.
Me presiento a veces muy próximo a tus entrañas, pero termino inventandome sueños acuáticos y alucinantes. Quizás es esa desverguenza la que me hace invencible ante todas y ante todos, es como lamer la muerte.
Me pregunto:
¿que hay de sutíl en ese veneno que incendia mi garganta sumergiendome en la fiebre mas terrible?
Que inútil se vuelve mi boca ante el fuego de los dragones que quieren salir de tu pecho.
No intento evadir ese infierno y su oscuridad, trato de convertirlo en agua mineral para mi descanso.
Desde ese tierno espectáculo eyacula esta espada de grafito... entonces puedo dormir.