Mientras el humo escapa de los ojos

los amantes se pierden en delirios

que no tienen por donde escapar

más que por los labios,

los mismos que tantas mentiras han dicho

hoy sólo saben de amores

que gracias a Dios son compartidos.


Mientras que los demás solo deseamos

una caricia fundida en un recuerdo

silenciada hace tantos años,

que los mirones envidiosos ya ni recordamos

cuando fue la última vez

que nos deslizamos bajo la lluvia sin mojarnos.


-"¡QUE ENVIDIA!!"-, dicen quienes miran,

envidia porque de sus manos sólo salen golpes,

de sus bocas insultos,

de sus ojos llamaradas de ira.


Mientras que los amantes

hablan a través de miradas apasionadas,

de sus manos aflora la vida,

tan pura y cristalina

como nadie jamás podría imaginar;

tan limpia y sincera, que nosotros,

los mirones,

planeamos como poder contaminarla

de escoria humana,

de lo peor de nosotros mismos.


Lo curioso es que nunca hemos pensado

que tanta maravilla amatoria junta

llega a la esquina,

se toma un último trago

y muere atropellada mientras cruza la calle...

porque nació muerta de embriaguez.-