Todo estaba oscuro... sentì los pasos venir...
Ay de mi, sola en mi casa, angustiada por su presencia.
Entrò de golpe... me mirò con dulzura, al final... no era el hombre malo y terrible que mi padre me habìa comentado.
Su gran mano se introdujo en mi entre-piernas-ansiosas; Te regalo un beso... un beso en tu cuello, no te pedirè nada a cambio.(cochinas mentiritas) toca un muslo de los dos que tengo, pero sòlo uno lo siento, el otro ya renunciò por tristeza.
Me hago la adormecida, estando mas despierta que nunca... y vuelve èl a tocarme...
Ay, que cosquilla tan agradable, que sensaciòn...
No quiero enamorarme, no puedo, no de tì.
Cosquillitas, reflexiones atontadas y risa inexplicable, me sumergieron bajo sàbanas, con èl, el hombre malo que en mi casa no podìan ver!
Letargo del tiempo... yo tendida, arropada en sus brazos y me susurra: " Ven y casèmonos... quiero que seas mìa"
Un zumbido en el catre, me he levantado, bañado y vestido...
Si he vengado la opiniòn precipitada de los pobrecitos conservadores de mis padres, tampoco los voy a pisotear en el suelo... la puerta està abierta Francisco.
Làgrimas...resignaciòn... sonrisa tìmida... vuelvo a dormir.
Entendiste Francisco? ahora cuèntale a tu mujer que los años pasaron, que mis padres reposan en el cielo y que mi vida, indudablemente, hubiese sido distinta contigo.
Perdòn Francisco. |