Guardar las manos por "no tocar", es dejar de sentir, dejar desorientados los cuerpos, la tierra, los tambores...
Los labios, la humedad, la madera, piden, lloran, gritan, necesitan esas manos...
Manos que transmiten, manos que oyen, manos que señalan, manos que "importan"...
Con ellas en el cuerpo se llega al afecto, del afecto a la sinceridad, de la sinceridad a la confianza, de la confianza a la duda y si la duda deja de serlo, se llega a todo, se llega al sexo...
Con ellas se acaricia la tierra, se palpa la humedad, se conoce màs la naturaleza...
Con ellas se toca duro el tambor, èl responde con la misma fuerza, no es mùsica, es sonido enloquecedor y placentero...
Cuerpo, tierra y tambores...
Imagino y deseo esas manos...
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