Hora del té
Me metí como de costumbre después de la charla sobre literatura en el mismo café de siempre.
Mi té, ya era automático para el mozo.
Las señoras de las cinco, (hora del té) hablaban a mas no poder, entre el bullicio, una mesa contra el ventanal te descubría.
Estabas leyendo, no alcanzaba a ver que libro era. Pero no sacabas la mirada de el. Toda tu atención estaba basada en esa lectura.
Me puse a pensar si de verdad leías, o solo estabas en un ensueño dentro de algún recuerdo que te atrapo.
Quise escudriñar tu cara aprovechando el reflejo del cristal, pero no podía verte muy bien. Solo atine a pensar que te parecías a el.
Que el, hubiera estado así, leyendo, sentado en algún bar o café de Buenos Aires, esperando. Siempre lo hacia, me lo contaba.
De todos modos no deje de mirarte, invente mil excusas de abordarte y no tuve coraje.
El corazón se apresuraba de a ratos y a veces me llevaba a viajar por los espacios ya vividos a su lado, mirándote.
Y solo eras un perfil, en otra mesa.
De pronto el salón se lleno de música, alguien cumplía años, las damas se alborotaron y descubrí a Pepe, tenía la friolera de ochenta y se atrevía a festejarlos en público.
Aplaudí a Pepe, me colé en el festejo para ver tu reacción, pero nada.
Termine mi té.
Pague, me levante despacio, como mis afectados músculos me lo permitían, tome mis muletas y lentamente, me fui alejando de la mesa, y de vos.
Salí a la calle, el coche estaba cerca, la lluvia se hacia intensa, las hojas me golpearon la cara con inusitada violencia, el viento crecía en intensidad.
Ya en el auto, la voz de Nana Mouskouri me transporto a mi mundo.
En el estacionamiento, baje y me dirigí al ascensor, ya estaba en casa, solo tenía que cerrar la puerta del ascensor y apretar el 3º, me disponía a hacerlo cuando una mano detuvo la puerta y disculpándose, tu vos dijo,
_ ¿Me espera, soy su nuevo vecino, la vi en el café, va siempre?
Mientras la puerta se cerraba silenciosamente, me recoste despacio sobre el gran espejo que te multiplicaba y sonreí.
Nana Mouskouri, volvió a sonar en mi alma.
Latidos ® 21-01-07
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