Encajar las cosas… (Nunca termino de encajar las cosas)

Las piezas del puzzle están desordenadas sobre la mesa.
Así lo prefiero. Así lo decidí. Creo que para ordenar hay que arrojarlo todo.

La primera pieza, tristeza, imposible asociarla a algún color o a alguna forma. La tristeza por sí sola no es nada, es tan sólo concepto y vacío. Necesita aferrarse a otros conceptos que por si mismos también son nada y que al igual que tristeza no nos sirven para empezar a armar el puzzle.
Así pasa cada vez que empiezo algo. Entran dudas, nada calza, todo hace que el primer paso sea confuso y extraño.

El segundo paso es un poco menos terrible… la segunda pieza, que es mejor relacionarla de inmediato con la primera. La segunda es miedo, por supuesto. ¿Qué más cercano a la tristeza que el miedo?
Miedo en tonos azules, grises y verdes plomizos. Fríos, y algo transparentes.

No sigo, ya no quiero.
Dejo todo en la mesa, dos piezas unidas y el resto amontonadas en un rincón. Me canso. A ver si alguien termina lo que apenas empecé.

(Nunca termino de encajar las cosas, ¿ven?)