Si hago el bien y espero recompensa,
busco las preseas de lo incierto,
espero guiños divinos, corcheas aladas,
quiero retozar en campos celestiales,
deseo que me apunten como el virtuoso,
ansío el pago al contado por mis favores.
Si hiciera eso, sería como el santo aquel
que se flagela, no se respeta y pone mejillas,
haciendo todo esto con la mirada perdida
en ese cielo impreciso que ha creado
para su conformidad.
No, no soy santo y si hago el bien,
lo hago a regañadientes o porque me nace,
no atrapo virtuosismos ni me engaño
con recompensas post mortem,
soy sólo un hombre, lleno de defectos.
y escasas virtudes, dudo que mi alma
se levante una pulgada siquiera del suelo.
Jamás me verán en Las Vidas Ejemplares,
no seré el pecador redimido, si me permiten
soy más parecido a Judas que a algún santo,
las iglesias acaso sólo alberguen mi cadáver
no soy de mucho rezo, aunque a veces lo hago
para que no pierda mi equipo favorito,
soy un ser humano, como todos, nada más…
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