Tengo muy pocos recuerdos tuyos,
recuerdo tu abrazo que me diste en
el atardecer siendo testigo nuestro Dios,
recuerdo tu sonrisa que me mantenía
vivo, y tú me dijiste: dame otro abrazo.

En el atardecer siendo testigo nuestro Dios
En el atardecer siendo testigo nuestro Dios
En el atardecer siendo testigo nuestro Dios.

Ella es hermosa como el brillo del mar
cielo azul como su piel que no envejece,
en estos momentos deseo escuchar
sus risas, estar contigo, contigo.

Recuerdo que nos abrazamos
en el atardecer siendo testigo el cielo,
recuerdo tú sonrisa que me mantenía
despierto y tú me dijiste: dame otro abrazo más.

Ella es hermosa como el brillo del mar
cielo azul como su piel que no envejece,
en estos momentos deseo escuchar
sus sonrisas y abrazarla toda mi vida.