La ventana
Aquella mañana invernal el ambiente en el interior de la vivienda estaba tan espeso que se podía cortar con una navaja, los hijos se habían ido al colegio. Casa de madera, como la mayoría en el sur, en una esquina del comedor y living una salamandra calentaba el ambiente, se oía el crepitar de los leños que ardían en su interior, el ambiente olía a roble, eucaliptus y soledades. De la cocina llegaba el aroma del pan amasado recién salido del horno.
Para la pareja había sido noche sin conciliar el sueño, ninguno de los dos pudo dar una sola pestañada. Casi nada unía al matrimonio, solamente un par de hijos que seguirán siendo hijos de ambos, la vida los había separado y era notorio que no había techo que pudiese cobijarlos juntos. La última noche ni siquiera hubo recriminaciones ni peticiones de perdón.
Ella mira por la ventana que está opaca, el vapor acumulado la ha empañado a tal grado no permite ver el exterior, tampoco podría ver si no hubiese ese clima, sus ojos sólo emiten lágrimas que no le dejan ver más allá, la nada se ha adueñado de su visión y de su vida.
Con su dedo índice fue dibujando un corazón en el cristal, constituyó un acto reflejo y lento, en medio grabó su nombre, en ese instante su marido se levantó de la mesa, colgó su mochila en su hombro, el sonido de la tela al acomodarse en el cuerpo del hombre la hizo sobresaltarse, pero no volvió la vista.
Quiso colocar un segundo nombre debajo del suyo, pero el temblor de la mano no se lo permitió. Pronto el calor comenzó a disipar el vapor del vidrio, con ello corazón y nombre fueron desapareciendo, desde las letras y el contorno del corazón bajaron gotas de agua, que semejaban lágrimas en que su sabor salobre y amargo mezclaban el desamparo, desamor y la soledad. Otro sobresalto dio cuando sintió los pasos de su marido que se dirigen hacia la salida, tampoco volvió la vista y tampoco derramó otra lágrima. Cuando el corazón y su nombre desaparecieron por completo de la ventana, sintió el portazo que hubo cuando su marido salió a la calle.
Curiche
Enero 2007
|