Fue el día de Tosanto…
o tal vez de todos los muertos
cuando la encontré en la Iglesia
rezándole a la virgen.
Llevaba puesto un chal
que le cubría los ojos,
pero tenían el brillo del aura
y le iluminaban el rostro.
Su mirada era triste
y yo quería que fuese pícara,
porque su tristeza una vez
me había enfermado del alma.
Texto agregado el 13-02-2004, y leído por 325
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Lectores Opinan
14-02-2004
Música y ritmo para unos versos que entregan una hermosa historia, sugerente y bella, con lago de nostalgia y cargada de tristezas. Mis estrellas, Marco. FaTaMoRgAnA
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