Era madrugada, acostada en mi cama, mis pensamientos vuelan contigo…te convertiste en mi necesidad.
La inquietud de mi corazón hacía sentirme angustiada sin tu presencia.
Recorrí la casa con la esperanza de encontrarte aunque supiera que estés lejos y no vendrás.
Mi piel quemaba al toque suave de mis manos y esperaba por tus caricias.
El cansancio ya agotaba mi cuerpo frágil y volví a la habitación.
Envuelta en la magia del amor… me adormecí.
La brisa fría que entraba por la ventana entreabierta castigaba mi cuerpo desnudo y me hacía temblar.
Sentí tus manos fuertes tocaren en mi piel pero la debilidad de mi cuerpo no ha dejado que mis sueños se hagan realidad.
Podía sentirte a mi lado, cubriéndome con la sabana.
Calentándome con tu abrazo.
Velando a mis sueños.
Por la mañana desperté al primero rayo del sol.
Estaba sola.
Solamente tu olor se quedó en mi piel.
Texto agregado el 18-01-2007, y leído por 351
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