A José...

Pasos lejanos que desnudos
traes hasta mi puerta,
que se meten en mi cama
a besarme entera.

De tus locas madrugadas
que se destazan en mi cabeza
ardiendo en mi cuerpo
como lluvia febril de mayo
me las encuentro soñadas,
haciendo de mi cuerpo un desierto
en el que sólo tus manos bailan.

Y me pierdo en tus ojos
esos que me vuelven loca
que me llenan de deseo,
que se pierden en mis piernas
a la par de tus candentes besos.

Tus besos derriten mis pechos
que se entregan turgentes
a las caricias de tu lengua,
y mis muslos que se envuelven en los tuyos
se abandonan a un rápido vaivén.

Pasos lejanos que se mudan a mi cuerpo,
pequeñito y bajito
que se ajusta a tu medida
y a toda tu grandeza
que me hace estremecer.

Tu cuerpo es mío
como mía es tu alma,
como el mar viejo y cansado
de tus olas que reposan en mi playa
esperando su acidez.

Mata todo de mí,
destruye todo mi cuerpo...
Acelera el ritmo,
que sin ti me muero.