El facto del encuentro implícitamente enamorado, las cosas que aprendí junto a su mano atrincherada en la soledad que rodea las compañías excesivas, su beso necesario en tiempos de guardar la cordura, la locura, la ternura y otras cosas que se van, que la vez que me perdí en el cielo, sólo fue en el de tu boca, que las nubes se movían con tus ganas de vivir, esos días naturales que se iban como granos de la arena de los días que no pudimos vivir, de esos sueños que se pierden en el vaivén de las cosas que no tienen mucho sentido, dijo algún poeta que la vieron donde habita el olvido, pero qué pollera para no olvidarla, qué recuerdos, qué vivencias, cuántas noches le habría dado al ángel de su presencia por una noche más con sus labios, cuántos no, cuántos si, cuántos nosotros que se han ido por donde ella no vino más, cuánto fracaso se veía en el triunfo del desprecio, cuanta vida se ha perdido en el holocausto de la pasión, cuando murió el deseo y reinó la triste verdad, no estamos ni estuvimos, sólo fuimos lo que pasa cuando la mente se da un viaje, y dónde se va, a la mierda o alguna de esas cosas lejanas, de las que no volverán, de las que con poco esfuerzo se quedan guardadas en el archivo de los besos tristes, de las fotos amarillas, de las tristezas que no se cotizan tan bien en wall street, de los espressos que inspiran mis pocas ganas de dormir sin ella, de manhattan sin su beso, de una playa tan absurda donde no salía el sol sin que viéramos caer las ilusiones abrumadoras, cuando quisimos tocar el cielo lanzándole un "te quiero" y nos devolvió una tristeza, una lluvia y la certeza de ser sólo humanos....


Quise matarte en algún momento, y saber qué eras al final, un sueño recurrente, una musa, una verdad, una ciudad, un paisaje, una cosa, un espejo, una vida más, un día sin sol, una noche sin sombras tras las catedrales del silencio solitario, un cúmulo de cosas que me ocultaban que tras la mirada perfecta y las cosas que tenían sentido para enamorarse.. eras sólo una persona, eras...

esa persona