A la abeja semejante,
para que cause placer,
el epigrama ha de ser
pequeño, dulce y punzante. (Tomás de Iriarte, siglo XVIII)
I
Es hora de sacarnos el alma ,torturadora de la razón insana,
y comenzar a ser felices en la total extensión de la palabra;sin ti.
II
Muerte no es exhalar el último suspiro sino dejar de suspirar por ti.De ahí la contradicción de lo que siento,a la vez te adoro y a la vez me muero.
III
Donde la dulzura abunda con suaves manos de seda y melodías cadenciosas;
la amargura lucha por entrar.
IV
Si tú me lees descubrirás mis silencios plagados de metáforas mudas ;
si yo te leo , descubriré lo que gritas cuando te desangras a oscuras.
V
Las amistades son muchas en los momentos de abundancia cuando el oro y la plata te sonríen y escasean en la pobreza, cuando más las necesitas.
VI
El odio nace como una flor verde,de colores intensos , fogosos,de un azul profundo... y muere como un incendio de verano,con llamaradas que se extinguen en las sábanas de los amantes .
VII
Si has de comer un banquete de ricas carnes en mi ausencia, procura no atragantarte cuando lo estés saboreando y te acuerdes de mí .
VIII
Desde que te conocí no creo en las mariposas en el vientre ni en los cuentos de hadas , mas bien en la incertidumbre y la desconfianza; pero has de saber que yo volveré a creer , pero tú seguirás igual.
IX
Por qué te enojas tanto ,amor, como si en ello se te fuera la vida;si mañana cuando despiertes vendrás corriendo a mí como si el aire te faltara en mi ausencia.
X
Me mato ,alma mía ,si tu corazón un día deja de latir por la vida;me mato ,alma mía ,sólo si tus ojos no me miran.
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