l telón ha caído
y llueve sobremojado en las distancias infinitas
ha caído, en la tarde interminable.

En las calles, en las plazas abandonadas
en las desoladas aceras del alma fría
camina un joven, entre espinos agudos.

En su mano se ha secado la rosa
en su pecho ha muerto la esperanza
y en su mejilla una lágrima más perece.

Una mirada perdida, un suspiro que se ahoga
una copa vacía y un escritorio desordenado
manchadas páginas de un diario escrito con sangre.

Una sombra, un delirio pasajero
mientras polvo se vuelve... entre nubes de tempestad
entonces hace su entrada... la dulce soledad...