Comienzo por decir que la vida está llena de sorpresas… mi última sorpresa tiene nombre, es alto, ojos miel, voz perfecta, seguridad… Diré que lo conocí por casualidad y si no hubiese sido ahí, sin duda lo hubiese conocido en otra parte, donde yo había pensado ir… Les contaré que tiene un humor que envuelve, que conversa y pareciera el mundo se encoge para escucharlo…, es amable y jugado por quienes lo rodean…, trabaja muchas horas y persigue sus sueños…, ama los animales…
Susurraré que sus ojos son limpios, sus manos no muy grandes y suaves… Sus caricias son tiernas y besa profunda e intensamente… Sólo para quienes no lo conocen, diré que cuando me mira sus ojos son sólo míos y en medio del barullo entre las personas, siempre escucha mis palabras atentamente… no olvida mis gustos y me abraza con cuidado, con cariño…
Me habla sin adornar las palabras… es consecuente y me quiere…
La vida le ha regalado grandes amores, victorias y alegrías…, pinceladas de tristezas, problemas y errores… pero mantiene el positivismo y siempre tiene una sonrisa para regalar… Sé que algunos días no son los mejores para él y siente deseos de llorar y de estar solo…, pero necesita un abrazo y un amor sincero, desinteresado…
Esa es mi tarea… amarlo y hacer que el mundo entienda no hay gran diferencia entre un hombre de veinte, treinta o cuarenta años… la diferencia sólo es cuestión de tiempo… Lo que no había comentado, es que nos complementamos con sólo mirarnos… y que entre nosotros existen veinte años de diferencia… ¿por qué debería ser mejor estar con alguien de mi edad?, es hombre (como tantos otros), tiene corazón (como todos), siente (como muchos no lo hacen)… es un hombre completamente maravilloso…, que me sorprende día a día… que me da alegría… que me entrega experiencia, que me aconseja… que me quiere abierta y sinceramente… como yo a él…
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