El viento chocó contra su mejilla
Arrastrando la amarga gotita
Limpiando su alma adormecida

La brisa inundó sus pulmones
Aroma que acalla los corazones
Frescura que calma las tempestades

Decidió que era tiempo de marchar
Decidió que la historia debía continuar
Aspirando profundo empezó a caminar

Todo estaba más claro ahora

Las calles se hacían mas anchas
Dejaban el paso libre a sus ideas
La invitaban a seguir su andar

Antes de notarlo ya estaba ahí
La misma puerta de gastado barniz
Que años atrás se abrió para verla salir

Tocó suavemente con los nudillos
Ninguna respuesta se dejó oír
Y cuando ya se volvía para partir
Un fuerte agarre la detuvo

Lentamente se volteó
Temerosa... nerviosa
Y antes de poder reaccionar
Un fuerte abrazo la atrapó

Sentía las lágrimas mojar su cuello
Sentía a su cuerpo expulsar la tristeza
Devolvió el abrazo con algo de torpeza
Y susurró ahogada “mamita, he regresado”