Hoy es día del educador en Venezuela. Dedico este poema a los docentes enamorados del viento... como yo.

SE ESCONDIÓ DE MI FUEGO, PREFIRIÓ LA VENTISCA.


Buscaba la pasión y el amor se asustó
se escondió sin disculpas, se volvió patrañero
y aunque me vio angustiada, y siendo gran cuentero
las razones del tiempo nunca las escribió.

Mi risa enloqueció transformada en congoja
y mató a la pasión causa del desconsuelo
y esculpió su retrato como imagen de hielo
para tener su invierno, en mi verano de hojas.

Del uno hasta el cuarenta tras de un árbol conté,
pues lloré fantaseando que fuera travesura,
mi corazón dio el grito y corrí a la espesura:
“allí estás ya te he visto, amigo, te encontré”

Fue sabio como un viejo, como un niño gracioso,
las mil y una noches en un cuerpo otoñal
y escribía sus historias con limo y arenisca.

Cuando mis besos surgen con aliento fogoso
su indiferencia apaga mi albor primaveral
y me volví leona picaresca y arisca.

Fue tierno y confidente; fue dulce y respetuoso
pero salió corriendo detrás de un vendaval
se escondió de mi fuego, prefirió la ventisca.

©SorGalim