EL DOLOR, EL ENCIERRO, ÉL...
Desde hacía años se negaba a escribir, pues se negaba reconocer que siempre que lo hacía era desde el dolor...
Por no reconocer el dolor, pasó rápidamente al encierro...
No había medicinas y faltaba para salir del encierro...
Pero sabiendo, pensando, asumiendo, justificando, queriendo, confiando, lo aceptó a ÉL...
ÉL, no sabiendo, pensando, asumiendo, justificando, queriendo, jugando, se animó a hablar, dio confianza, y terminó colaborando con el dolor y el encierro...
La mente con dolor es el mayor encierro...
El corazón con dolor es el mayor encierro...
El dolor pregunta...
Dónde está ÉL?
Cómo está ÉL?
Porqué no está ÉL?
Ella “hace que sabe”, pero es tarde para olvidar y menos para jugar...
No se juega con el dolor...
No se habla, no hay lugar, no se puede...
Está el encierro y no es celda es habitación...
No distingue...
Habitación con olor a perfume francés, a falta de higiene, restos de comida, zapatos comprados y pocas veces encontrados...
Ropa limpia y sucia a la vista, ropa guardada, ropa perdida...
Bolsas vacías, aparatos necesarios sólo por el tiempo que dura exprimir dos naranjas, tazas jamás usadas, pero “son un recuerdo”, una mesa de 0.90 x .0.90, apoyada a la pared por que se cae –la mesa-, una cama muy chica apoyada a la pared por que se cae –Ella-, una ventana por donde entran, sol, frío, luz y lluvia si se descuida...
Cuatro paredes llenas de cosas colgadas, todas útiles, útiles porque están colgadas...
Ser feliz por un rato era ceder, era creer...
Ser feliz por un rato, es no “molestarse” por ver “boletas de algo”, libros apilados y cerrados, libros leídos hasta la página 10, 11 o 12 (da igual), porque hay dolor, encierro y no está Él...
Discos escuchados, discos sin abrir, buenos, malos, a la vista, guardados (discos)...
Ella tiene junto a sus lágrimas, su saliva, su flujo...
Ella sabe “todo” sobre el dolor, el encierro...
Ella no sabe nada...
Él carnal, vivo, muerto, presente, ausente, culto, ingenuo, “todo” Él...
Nunca se enteró...
Ella ofreció, ÉL aceptó...
Él ofreció, Ella aceptó...
Juntos armaron un círculo cuadrado...
No había competencias, apareció la ignorancia (Ella)...
Siempre se negó a comparar, y acá no había necesidad (parecía)...
Dónde está ÉL?
Cómo está Él?
Nada y todo explican lo mismo...
Por momentos Él es todo, por mas momentos ÉL es nada...
Palabras...
Simples, con y sin creencia, son y sin paciencia, con y sin esperanzas, con y sin amistad...
Ella llena y vacía por...
EL DOLOR, EL ENCIERRO, ÉL...
EL DOLOR, EL ENCIERRO, ÉL...
Desde hacía años se negaba a escribir, pues se negaba reconocer que siempre que lo hacía era desde el dolor...
Por no reconocer el dolor, pasó rápidamente al encierro...
No había medicinas y faltaba para salir del encierro...
Pero sabiendo, pensando, asumiendo, justificando, queriendo, confiando, lo aceptó a ÉL...
ÉL, no sabiendo, pensando, asumiendo, justificando, queriendo, jugando, se animó a hablar, dio confianza, y terminó colaborando con el dolor y el encierro...
La mente con dolor es el mayor encierro...
El corazón con dolor es el mayor encierro...
El dolor pregunta...
Dónde está ÉL?
Cómo está ÉL?
Porqué no está ÉL?
Ella “hace que sabe”, pero es tarde para olvidar y menos para jugar...
No se juega con el dolor...
No se habla, no hay lugar, no se puede...
Está el encierro y no es celda es habitación...
No distingue...
Habitación con olor a perfume francés, a falta de higiene, restos de comida, zapatos comprados y pocas veces encontrados...
Ropa limpia y sucia a la vista, ropa guardada, ropa perdida...
Bolsas vacías, aparatos necesarios sólo por el tiempo que dura exprimir dos naranjas, tazas jamás usadas, pero “son un recuerdo”, una mesa de 0.90 x .0.90, apoyada a la pared por que se cae –la mesa-, una cama muy chica apoyada a la pared por que se cae –Ella-, una ventana por donde entran, sol, frío, luz y lluvia si se descuida...
Cuatro paredes llenas de cosas colgadas, todas útiles, útiles porque están colgadas...
Ser feliz por un rato era ceder, era creer...
Ser feliz por un rato, es no “molestarse” por ver “boletas de algo”, libros apilados y cerrados, libros leídos hasta la página 10, 11 o 12 (da igual), porque hay dolor, encierro y no está Él...
Discos escuchados, discos sin abrir, buenos, malos, a la vista, guardados (discos)...
Ella tiene junto a sus lágrimas, su saliva, su flujo...
Ella sabe “todo” sobre el dolor, el encierro...
Ella no sabe nada...
Él carnal, vivo, muerto, presente, ausente, culto, ingenuo, “todo” Él...
Nunca se enteró...
Ella ofreció, ÉL aceptó...
Él ofreció, Ella aceptó...
Juntos armaron un círculo cuadrado...
No había competencias, apareció la ignorancia (Ella)...
Siempre se negó a comparar, y acá no había necesidad (parecía)...
Dónde está ÉL?
Cómo está Él?
Nada y todo explican lo mismo...
Por momentos Él es todo, por mas momentos ÉL es nada...
Palabras...
Simples, con y sin creencia, son y sin paciencia, con y sin esperanzas, con y sin amistad...
Ella llena y vacía por...
EL DOLOR, EL ENCIERRO, ÉL...
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