Y es que hoy me sumerjo en un mar que no es sólo de sangre, en él flotan también ideas, conceptos que no siempre sé cómo tomar.

Entes que desaparecen con el sólo intento de hacer contacto, libros acumulándose en habitaciones mohosas y tierra en el suelo. Preguntas desfilando en busca de respuestas: entran por una puerta y salen por la otra.

Y me tiendo sobre mi cama con el sol sobre la espalda y escribo. Y duermo el cuerpo para pensar mejor. Hoy no hay convulsiones, ni aparatos conectados a mi cuerpo. No hay exámenes de sangre ni alaridos de gente a lo lejos. Hoy nadie grita más fuerte en mi cabeza. Pero siento el mismo frío y las mismas ganas de desparecer que aquella vez que abracé a la muerte y la solté de pronto.

Esta tarde todo es distinto. Hasta el sol, que pesado me envuelve, me duerme. Y hoy me comería una naranja, bien dulce y fresca -y ojalá deforme- Por que al final es lo único que una puede hacer ante tanta mierda: leerse un libro, dibujar a una chica, comerse una naranja o pasear en metro.

Y a veces una se queda tirada en la cama escribiendo tonteras, recordando aquella No-muerte y se pierde de cosas, de fragmentos de luz, de las partículas de su piel rozando tus manos y su aroma emborrachando las ganas de todos.

Y a veces una se queda en eso de escribir cosas casi reales y no vive. Sólo hace como que vive, inventa cuentos un poco creíbles y ya, y la vida pasa burlesca y te agarra las partes. Es coqueta la vida, y una que es caprichosa la mira pasar y no la sigue y no la invita a salir, ni se pone a vivir con ella y ni siquiera tiene un affair, como pa` sentirla por un rato.

Y somos tan fomes todos. Nos quedamos haciendo nada mientras unos pocos lo hacen todo... y hay chicos que se van a otro país con lo puesto y llegan re contentos y a una ni la propia tierra, que la conoce, le arranca sonrisas, ¡como si se acabaran! Si al final lo único que hacen es que una se arrugue un poco, y son tan lindas las arrugas... como la caída de una pechuga, como las canas... como todo aquello que es tan bello, tan placentero a la vista o al ojo.

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