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Palabras para Julia
Raquel Rehermann


El ambiente estaba colmado de propuestas. Desde un CD Sinatra proponía un viaje a la luna y a jugar con las estrellas. Esa música era ideal para preparar la casa, daba alegría, y si bien la alegría es pagana y ligeramente absurda es infalible. La casa está en orden recordó, pero se corrigió: la casa estaba lista y a la espera. Cambió el CD. Paco Ibañez le prestaba la voz a Goytisolo para que cantara “Palabras para Julia”. Optó por esa música ya que pertenecía a esa generación que se comunica hablando, y tanta orquesta a la larga sería perturbadora.
Tu no puedes volver atrás
Porque la vida ya te empuja
Como un aullido interminable
Interminable
...
Un sahumerio pretendía disfrazar al olor de pastel de papas. Una audacia de su parte, ya que no le preguntó si le gustaba. Recordó a su madre diciendo con autoridad que un plebeyo pastel de papas puede convertirse en una obra de arte, es el triunfo de la estética sobre la escasez.
Una vela competía desesperanzada contra una luna arrogante. Era viernes, eran las nueve de la noche, la estaba esperando.
Por primera vez después de varios asados con amigos, apenas dos cafés en confiterías, el encuentro iba a ser de local y a solas. Sentía que debía salvarla, que debía convencerla de que hay penas que realmente no valen la pena.
...
Te sentirás acorralada
Te sentirás perdida o sola
Tal vez querrás no haber nacido
No haber nacido
...
Con ojos de siamés implacable, dio la repasada número veinticuatro. En la mesa no faltaba nada, pero con sus dos manos cuidadas y ansiosas bien abiertas alisó las servilletas que ya había alisado antes. En el living, el pabilo de la vela y el polvo del sahumerio alcahueteaban el tiempo de espera.
...
Pero tu siempre acuérdate
De lo que un día yo escribí
Pensando en ti
Pensando en ti
Como ahora pienso
.En el dormitorio reinaba el olor a sábanas recién traídas del laverrap, levantó la persiana para que la luna las ilumine y abrió la ventana para que el aire ahuyente ese olor forastero e invasor. Pretendía que con el correr de la noche la cama se impregnara de otros olores. En el baño con sus dos pulgares y sus dos índices acomodó las cuatro puntas de la toalla.
...
La vida es bella ya verás
Como a pesar de los pesares
Tendrás amigos, tendrás amor, tendrás amigos
...
Era mucha la ansiedad, levantó su brazo derecho, olió su axila. Siempre que espera transpira, descontado que hoy también. Hacía menos de dos horas que se había duchado, reforzó el desodorante.
Se sorprendió mirando a una cámara imaginaria y haciendo un estereotipado aviso publicitario: “este pastel de papas no altera la capa de ozono, pero este desodorante la perfora”.
...
Otros esperan que resistas
Que les ayude tu alegría
Que les ayude tu canción
...
Pretendía adoptar aires de seguridad, no le salía. Se miró al espejo y no dudó. Se mostraría así, con temor, con ansiedad, con inseguridad pero ... con la esperanza a flor de piel.
A la hora de buscar fundamentos para sus sentimientos, por supuesto que los encontró. Los temores se apoyaban en las aparentes inclinaciones, y en ese pánico cobarde al rechazo. La ansiedad en que no había notado resistencia en los encuentros anteriores. La inseguridad, bueno, la inseguridad... porque... bueno..., no podía manejarla a la muy turra.
Pero la esperanza. Eso es lo que cuenta, era como una manta suave que cubría todas las otras sensaciones, acariciándolas y esmerándose que desaparezcan. Era su apuesta a volver a intentarlo.
...
Nunca te entregues ni te apartes
Junto al camino nunca digas:
No puedo más y aquí me quedo
Y aquí me quedo
...
Estaba en el baño retocando por tercera vez rubor y rinmel cuando escuchó el portero eléctrico. Miró el reloj, eran las nueve y diez.
Con un rápido hola y adelante, pulsó el botón.
Para su gusto tardaba mucho en subir dos pisos de morondanga por escalera.
No esperó a que sonara el timbre de arriba, abrió la puerta, la besó en la mejilla, acertó con la marca de perfume, obvio que era Amarige, elogió sus aros nuevos.
Obtuvo como reacción una sonrisa nerviosa y un abrazo que prometía no sólo remplazar el olor a laverrap de las sábanas por otro más plural y profundo, sino que la manta suave de la esperanza las envolviera a ambas.

Texto agregado el 12-02-2004, y leído por 238 visitantes. (1 voto)


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