Ella aun te siente entrar por esta herida abierta,
aun sus manos son tus manos,
su humedad la tuya,
sus ganas, las que tu provocas.
Ella se pierde entre tus letras antiguas,
nostálgica de amor,
encendida en pasiones,
sin querer entender, que paso.
Ella te sabe, aun, entre sus brazos,
te disfruta cada instante,
vive del recuerdo,
y cada madrugada, te espera en esa fina línea,
entre la consciencia y el sueño.
Ella, la obligada a guardar silencio,
ella, que dejo en este camino,
calvario de su destino,
palabras desgranada y perdidas,
un rastro de gata herida,
de mujer despechada.
Ella, cuyo alimento siguen siendo tus versos,
ella que aun embarra su alma
de lagrimas y lamentos,
que languidece lentamente,
acunada en tu recuerdo.
Ella, de pronto innombrable,
que dejo de ser mar,
para ser solo ella.
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