VIVO

“Puedo ver la luz, colándose tras la ventana, rebotando en las paredes, interrumpiendo un orden establecido por las tinieblas…”

“Puedo oír cada partícula del silencio; son tan pesadas y enormes que bloquean por completo mis oídos…”

“Lo siento todo, todo: Una a una, las corrientes de aire que manan de cada grieta, una a una las hebras de esta sábana, una a una las motas de polvo y suciedad que cubren mi rostro desnudo…”

“Aún así, no puedo moverme…”

“Y puedo oler mi propio hedor, mi propia carne en descomposición…”

“Y puedo sentir además la rigidez por todo mi cuerpo…”

“Y a pesar de todo, hablo: No con la voz que se propaga en el aire y desordena las pesadas partículas del silencio, sino con esta lengua negra y entumida que vibra sólo sobre mis sienes…”

“No sólo sé hablar; también veo. Pero no con los cristalinos azulejos que absorbían todos los matices, sino con estas blandas y acuosas lunas grises…”

“Y sueño también. No como lo hacía antes, entretejiendo hechos fabulosos y verídicos. No, ahora sueño con esa quietud incansable que es la nada…”

“Puedo ver, oler, oír, sentir, soñar. Tal vez ya no como antes, con un corazón moviéndose entre mi pecho. Y no obstante, aquí permanezco, vivo…”