Una oleada de hambrientos gusanos devoran tu prostituido vientre, mencionando a cada segundo tu nombre, quemándose en pasiones, demoliendo sus almas bajo el fardo de su promiscuidad.
Meretriz profana sacúdete esos despojos podridos que están acabando con tu esencia, muerde y arráncalos de idéntica manera en que consumo tu cerebro.
¡despierta y florea como en siglos pasados, destruye todo bajo tu imperio!
Escucha al verme pálido que devora tu gris testa