Debía despedirse. Sus pasos se perdían solitarios por la sala, mientras ella seguía recostada en el sillón. Ante los muros, la vida se albergaba en instantes rutinarios destrozados bajo el tiempo, como una eterna letanía de miradas y sabores. Ahora se iría para siempre cruzando esa barrera de penumbras. Ya no tenía más opciones.
Fue cuando aquella brisa tibia se interpuso entre ambos traspasando el umbral de los sentidos, para perderse en otras dimensiones...
Texto agregado el 12-02-2004, y leído por 353
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Lectores Opinan
13-02-2004
Por Dios, reeditarlo juntos!. Es precioso, sinceramente precioso!. Me reservo las estrellas para luego maravillas
13-02-2004
Anna, q bueno¡¡¡
estrellas para ti, un besazo monilili
12-02-2004
lindo el poema mijita pero yo le hago una pura pregunta. ¿de qien son lo s derechos de esta poesia. Suyos o del tal gui? Estan bonitas las dos partes adios
12-02-2004
Y yo pregunto ¿Para quien la estrellas? Besos y abrazos. FranLend