Oh, Afrodita, controla tu hechizo mórbido y devuélveme el dominio de mi misma. Permíteme rendirme ante ti, Piadosa. Envuélveme en tu abrazo asesino... Mátame, pero deja que pruebe el veneno de tu boca.
Texto agregado el 13-01-2007, y leído por 97 visitantes. (1 voto)