Pobre ratón con alas
Rozando los vidrios del majestuoso hotel al pie de la playa, vio reflejada su figura que volaba sobre uno de los espejos de vidrio “parezco un ratón con alas”, era un ave nocturna de corto vuelo.
Aleteó suavemente junto a la ventana del piso 24, al parecer el divino conde favorecía sus proyectos, allí estaba ella sola, indefensa, se había dormido todavía con el auricular del teléfono entre sus manos blancas, de la playa llegaban los ecos del baile alrededor de la fogata con las risas y las voces destempladas por el licor.
Dormida voluptuosamente sobre la cama todavía sosteniendo el teléfono, que hacía juego con sus diminutos pantis, sin sostenes parecía una diosa adolescente, en ese momento el ratón con alas, tomó la forma humana de un libertino.
Miró a su víctima y el estado de indefensión le inspiró un raro sentimiento de piedad que aún quedaba como parte humana en los vampiros, luego colocó suavemente sus manos grandes sobre unas de sus rodillas y la jovencita como un resorte soltó el teléfono y dio un salto en la cama.
-¿Quién es usted?
-Un descendiente del divino Conde Drácula- Le habló con familiaridad
- ¿Y que quiere?
- Sangre, mucha sangre
-Mi amor te equivocaste de día, vuelve pasado mañana que si voy a tener mucha sangre, todavía no me ha venido la regla tesoro.
Ante tan contundentes razones nuestro torpe vampiro, volvió a ser un ratón con alas, salió achantado por la ventana con el rumor del océano, así lo vieron los de la fogata en la playa como una pequeña sombra negra impulsada por la brisa del mar que se perdía en la lejanía, mientras en la habitación la jovencita de nuevo estaba marcando un número telefónico.
William H Ramírez P
2007
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