Con un traje transparente, iba caminando llamando la atención de toda la gente.

Hombre y mujeres volteaban ha ver, mientras ella se movía la son de cada paso que daba.

Que bella mujer!!! Era la expresión del varón que la piropeaba.

Sin inmutarse siquiera, hacia oído sordo frente a cualquier insinuación que le hacían, ella simplemente seguía el camino con el destino que había trazado antes de salir de casa.

Al llegar al semáforo de la esquina miró de un lado a otro, e hizo chispear los dedos para parar un taxi. Se subió indicando de inmediato al chofer el destino de su parada.

Lucia elegante, insinuante, pensadora. De vez en cuando habría su cartera para ver la hora.

De pronto, de forma violenta le pidió al chofer que parara. El la vio por retrovisor sin entender nada. Pues ella se quedó con la mirada fija en la ventana, sin hacer ningún movimiento, y sin dar indicio de que se bajaba. El chofer espero un rato y luego le dijo: Señorita se quedará acá?. Ella no contestó nada.

Saco de su cartera el maquillaje y retoco sus labios con un brillo aceitoso que expendía olor a manzana. Sin ningún apuro y mientras el taxímetro encendido seguía marcando cuatro mil trescientos, cuatro mil seiscientos, cuatro mil novecientos, etc, etc, etc. No decía nada.

Luego de un buen rato, con voz insegura le dijo al chofer, ¿a donde es que yo iba?, ¿Ud., lo recuerda?. Si, contestó él, al subirse usted me dijo que iba a García Valenzuela cero cincuenta y tres.

Lo siento - le dijo - me equivoque. Guardo silencio dejando al chofer más confundido de lo que ya estaba.

De pronto le miro a los ojos y le dijo – sabe últimamente no he tenido buenos días, no sé que hacer, ni a donde ir. ¿Le molestaría acompañarme a tomar un café?. El la miro con gran asombró, no entendía de la soledad y de la desorientación que la mujer le hablaba.

Le pregunto: Y por que no llama a una amiga, o termina el recorrido llegando al destino al cual iba?. Ella sonrió, al mismo tiempo que una lagrima se asomaba. Contestó: Porque a donde iba nadie me esperaba. Quizás otro día, quizás mañana, quizás pasado.

El hombre un poco asustado decidió bajarse del auto para hablar con ella. Se sentó en el asiento de atrás para preguntarle que le pasaba. Ella lo miró con la mirada más tierna y le dijo: él es como tu, tiene piel de canela y el pelo, su pelo... lo describía mientras le acariciaba.

No había mucho que comprender la mujer estaba loca. El comenzó a suponer que su novio la había abandonado, o quizás que algo le había pasado.

Su vestido provocaba al más insensible humano, pero aquel hombre no abuso de nada, y es que de hacerlo se hubiese sentido animal, aunque ganas no le faltaban.

Le escucho por más de dos horas, mientras ella iba con su relato por el año 2004. De pronto un nuevo silencio, el cual fue interrumpido por un largo suspiro.

Ella le tocó por última vez la cara y se acerco para darle un beso; El beso más tierno que el jamás había recibido. Luego le pregunto cuanto le debo? – El contesto nada – ella le dijo: No por favor no se preocupe, he abusado de su tiempo y no seguiré ningún camino. El termino diciendo: Vaya tranquila y espero que realmente encuentre su destino, por mi parte yo he encontrado el mío.