El Nuevo Tratado Aduanero

Desde hoy las ideas podrán fluir libremente entre ambos países, aunque sus creadores o sostenedores deberán seguir presentando su pasaporte, su visa digital, y su examen de conciencia actualizado al día anterior al traspaso de la frontera.

Los sentimientos serán filtrados antes de permitírseles el paso. Si bien aún existirán fuertes restricciones a los malos y perversos, el resto podrá hacer uso de las nuevas franquicias y disfrutar de las libertades conseguidas. Aquellos sentimientos que sean considerados revolucionarios, serán detenidos, apresados y torturados hasta que delaten a los líderes que los engendraron. El país de origen será el responsable de aplicar los castigos correspondientes a los líderes identificados.

Cualquier sentimiento que no pueda ser transformado a palabras, será igualmente retenido, evitando así el traspaso de revoluciones escondidas e incluso en etapas larvarias.

Se concluye entonces que algunas de las ideas provenientes de sentimientos (una vez que se hayan hechos palabras) podrán pasar sólo como textos, dejando en el país de origen a los sentimientos que las evocan, en el caso en que éstos se consideren malos, perversos o revolucionarios. Todo ello independiente del ser humano engendrador del sentimiento original.

Quienes deseen en el país destino recibir y alojar palabras huérfanas (aquellas que traspasen la frontera sin sus creadores o sostenedores, ya sean provenientes de sentimientos o no) deberán inscribirse en el registro que se creará para tal caso, previa presentación de su examen de conciencia actualizado.

Lamentamos los inconvenientes que este nuevo tratado traerá, sobre todo en las primera etapas de adaptación, sin embargo ambas naciones creen firmemente que es la forma más segura de enfrentar la inminente globalización, disminuyendo los riesgos del tráfico de nuevas revoluciones políticas y culturales.

Jota