Intento pensar en tu rescate sin todas tus maldiciones,
la violencia de estar cerca me fondeó en tu dosis,
estoy fumando junto al flexible odio,
por eso escapo…disculpa

Otra vez la maña viene a mí,
soy muy cobarde como para no arruinarte,
es que acaso parezco estar a salvo entre tus dedos?
con tu sonrisa punzando mi insomnio,
aplastándome los nudillos viejos?

Estoy bebiendo
y no puedo evitar odiar tus presagios,
no existe la sutileza,
(no conmigo triste)
las cuestiones del dolor no son agudas,
no me regalarás la luna, ni tu lengua,
-lo sé, lo sabes,-
no necesito soplarte al oído,
para luego cubrirme la cara al llorar
y meter la mano entre tu pantalón

-y pensar que moriría justo a tiempo-….

No es que te asesine trece veces al día,
sino que pienso en la desgracia
de mis brazos alrededor de tu cuello…
y tu cuello con mil desgracias
en sólo una nuez.



las cosas son así. No me jodas