"El odio puede ser un estado emocional intenso bastante destructivo. Surge por varios motivos:
- Alguien nos hirió profundamente.
- Estamos resentidos con la sociedad.
- No tuvimos el afecto y amor adecuados en algún período de la vida.
- Somos envidiosos.
- No hay valoración de los demás (egoísmo)
- Deseos de hacer justicia por nuestra propia cuenta.
- Estamos presos de hábitos y vicios dañinos.
El odio es un enemigo acérrimo del amor; mientras éste procura todo el bien posible de las personas y las cosas, aquel busca la destrucción y la división de lo existente. Es curioso ver que son dos avenidas ante las cuales uno también debe decidir en la vida. ¿Algún remedio en contra del odio? ¡Perdonar! Sí, perdonar significa olvidar las consecuencias horribles y desagradables de lo que nos hicieron (heteroperdón) o hicimos (autoperdón), y el perdón de Dios (paz con Dios), aunque dichos agravios no fueran justos para con nosotros. Perdonar, pues, es una decisión y cura frente al odio y el resentimiento."